lunes, 2 de marzo de 2009

Risas Internas Personales.


Pensando me acordé de una historia que me hizo reír, abrir los ojos de la manera más exagerada que existe, y, por qué no, llorar. No es la historia real de una mujer divorciada, ni la vida de una gang americana, tampoco es la obra con trágico final de un artista groso...era la famosa historia de un zapallito... (Risas internas personales.) En épocas de matrimonio para con mis padres, y de paternidad, recuerdo que a mi hermano y a mí nos costaba dormirnos. En ese tiempo teníamos una casa pequeña, con una sola habitación para cuatro personas...se imaginan. Mi mamá...lo admito, es una mujer difícil. Pero es fácil de complacer muchas veces (aunque no sé qué tan bien está eso), en fin. Si ella necesita dormir, sería capaz de todo, y así con sus reales necesidades. (Más risas internas personales.) Alguna noche, quizás otoño, posiblemente primavera, como también invierno...me gusta más invierno para la historia. Así que quedamos en invierno. Alguna noche, mi adorable padre, decidió, con todas sus fuerzas, y más allá del soberano sueño, contarnos un fucking cuento para ver si podíamos dormir. (Aclaro que cada vez que recuerdo esta historia con mi padre reímos a más no poder, pero nadie más se ríe. No es excluyente, es sólo un recuerdo. De ahí el título de la entrada...) Y comenzó aquel "había una vez..." seguido de un "un zapallito verde que vivía en una verdulería". Ya la había cagado mal, teníamos sueño pero también habilidad de reír, y con él se hacía mucho más fácil siempre. Soltamos una pequeña carcajada, creo. (Nótese que cierta combinación de palabras puede aparecer sólo para enriquecer, yo habré tenido unos cuatro o quizás cinco años...no me pasó ayer, ¿viste?) Y continuó, fijo... "Aquel ser vivía esclavo, esperando que alguien lo comprara. Muy aterrado, pues no sabía qué le esperaría luego. Muchísimos planes de escape había ingeniado a lo largo de su corta y verde vida..." (Si leés este cuento con Bossa 'N Marley, te va a chupar todo un ovario, como a mí en este momento, que no sé ni qué estoy escribiendo, sólo me dejo llevar. Es genial.) Prosigo, creo. "Un día, con todas sus fuerzas, el zapallito se armó de valor, saltó del cajón de donde estaba preso, cruzó la calle, tan peligrosa para un vegetal como es para un niño. Tan peligrosa e inexplicable como todo lo riesgoso. Sin chances de manejar su vida, suspiró un momento y cruzó...derecho y rápido. El vegetal llegó al otro lado y esperó el expreso." (Léase, expreso es un colectivo, bus, bondi, etcétera.) (Sí, me da risa, no es seria esta historia inconclusa.) Ustedes podrían imaginar mis ojos, los de mi hermano, abiertos de par en par como hoy lo hacen mis oídos ante cualquier situación. Cuando el famoso fenómeno llamado Zapallito (sí que es muy imaginativo mi padre dormido) tomó aquel expreso, mi mamá se había desmayado de sueño en la cocina, mientras nosotros ocupábamos su cama, lo recuerdo, uno a cada lado de mi papá, arrollados en sus respectivos costados, abrazados por sus brazos, cómodos. No así mi madre, quien entró a la habitación y lo vió todo: mi padre se encontraba moribundo de sueño, ya no sabía qué decirnos acerca de aquel maravilloso ser, repito, llamado Zapallito (no voy a decir que mi padre no es imaginativo cuando tiene sueño), y no sabía qué decir porque realmente ya no decía nada. Estaba como en una dimensión que ya nadie recuerda, como alejado. Roncaba, digamos. Por supuesto (me encanta la canción Medicine Man de Bobby McFerrin, nótese que no tiene nada que ver, sólo suena en este momento), digo, por supuesto que nuestros ojos hermanos estaban aún más enormes que el derribado muro de Berlín, o quizás mucho más que la superficie de toda China, esperando una respuesta como niños que éramos. Jamás ese cuento nos hizo dormir. Todo lo contrario: "¡¡Papi!! ¡¿Qué le pasó al zapallito después?!", nunca supimos. Sólo sabemos que mi madre, envuelta en ira, nos acostó y ya. Siempre quise saber el final de la historia, aunque claro, mi padre no es muy imaginativo cuando duerme. Siempre quise saber el final de la historia que me trae, aún hoy, mis RISAS INTERNAS PERSONALES.


He en la parte superior de la entrada de este blog, el zapallito en su lecho de muerte. No sé si habrá muerto, pero puede haberse podrido fácilmente. Saludos. A ustedes y al vegetal :)

5 pensantes:

rodrigo apesta dijo...

yo me animo y opino

Prisss dijo...

Yo tambien quiero saber q le pasó a Zapallito!!!
Beso SO!

Administrador dijo...

Jajaja buena historia!

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Desde ya muchas gracias!

s o f í a dijo...

con mi hermana jodemos siempre a mi vieja porque nos contaba cuentos y se quedaba dormida antes por ejemplo no se: caperucita estaba en el bosque y etnonces....................................... y nosotras MAMA TE QUEDASTE DORMIDA?ajajajjajaja

s o f í a dijo...

bueno mis fucking anteojos negros pasaron a otro mundo como el zapallito,llegé a mi casa en mardel



y me senté sobre ellos.