domingo, 22 de febrero de 2009

Randy.

Me encantaba que hicieras caer aquella guitarra. Que te enredaras entre los cables...que me miraras con amor por una galletita. Que quedaras, mejor dicho, hipnotizado con algo que pareciera ser comida. Increíble como todo lo entendías, sin embargo, no entendías nada. Tu nombre, tu cara, tus actitudes, tu fobia al agua, tu odio a la ducha, tu amor a la tierra y a los paseos en auto, tu cara golpeando al viento por la ventanilla, todo me pareció gracioso esa vez. Ahora necesito un compañero que me haga reír así, pero no hay Randys en este país ¬¬ Algún día nos cruzaremos otra vez.

4 pensantes:

Ceci Fernandez dijo...

Me muero de amor... =) una ternura

Prisss dijo...

Mi vida, que raza era?

Camilo Canegatto. dijo...

Se me fue uno a mí también.

Lo extraño demasiado.


Aún escribiendo esto se me hace un nudo en la garganta, y ya van 6 meses.

Camilo Canegatto. dijo...

Y se me cayó la lágrima nomás.