domingo, 8 de febrero de 2009

Finalmente.

La lucidez no es lo mío cada vez que pienso en impresionarte. ¿No te has sentido así, niño? ¿Nunca has querido impresionarme? Bueno, a mí no, está claro. Me refiero a...sentirse...un total y completo idiota. Pero cuando yo pienso en vos, ¿sabés lo que me pasa? Me vuelvo loca. Ah, no, nunca viste algo así en la vida que llevás. Sé que volás, pero no me viste a mí hacerlo. De seguro no lo hiciste. No hubieras vivido para contarlo. Sabés que yo vuelo, pero no de qué manera. ¡Si me vieras! No te alcanzaría esa diminuta panza para reirte. No te bastaría todo el líquido de tu cuerpo para llorar. Y, lo que es peor, no podrías ni impresionarte con las estupideces que yo hago, no podrías sentirlo de tanto que es. Sólo porque pienso en vos. Y porque lo mucho que en verdad aquello es, tiene tu nombre. Y si las cosas que hago me hacen ver increiblemente ridícula, es porque se tratan de vos. Porque sos demasiado para mi mente. Aunque no para mi corazón. Porque pienso en vos. Te imagino a vos. Te quiero a vos. Otros me quieren. No tengo a nadie, finalmente.

1 pensantes:

eliú dijo...

" Porque sos demasiado para mi mente. Aunque no para mi corazón"

finalmente
preciso.


preciso.




Isra