sábado, 21 de febrero de 2009

Paz, un Café y un Poema.


Estoy tranquila. Todo se sucede a mi alrededor, casi sin que yo me dé cuenta. Las cosas van rápido, esto sigue siendo vida, pero se va tan rápido, surrealista. Ketama en mis oídos. Paz. Mis pies están desnudos y mis manos quietas. No espero nada. Nadie. No quiero esperar. Sólo disfrutar el silencio, que se forma a través de una melodía. Porque a veces las melodías son tan silenciosas a mi alma que significan más de lo debido. Como también los silencios con forma de Mary Ann de Regina Spektor, o tal vez de My Funny Valentine, de mi colección privada. Privada de todo grato sonido, pero privada al fin. Río. Calmo. Recuerdo y recuerdo también que no sé de que hablo pero tampoco importa. Quizás de la vida. No importa. Estoy tirada, sola y sólo con la naturaleza. Con mi naturaleza. Mis ropas se desprenden de mí. Suelo. Lluvia ficticia. En mi casa no hay nadie. Pero en mi casa nunca hay nadie. Así se me sucede la vida. Y es tan así, que ya me acostumbré. Me agobia el solo pensar que a las siete ellos volverán. Me siento orgullosa de la paz, de que sea tan así, su efecto. Pienso un poema, no puedo dejar las cosas así. Me sale algo raro, no coordina. Cinco minutos y un café. Cinco minutos y ya coordina. Paz. Siempre paz. Todo pareció arreglarse con paz, un café y un poema.

2 pensantes:

eliú dijo...

"...Mis pies están desnudos y mis manos quietas. No espero nada. Nadie. No quiero esperar. Sólo disfrutar el silencio..."

asi mismo,
con Spektor y su "Fidelity"
que tema!

creo que yo
tambien me acostumbre
a que las cosas sucedan
como suceden... no se...



Isra

eliú dijo...

sigo escribiendo sin tildes,
es casual, solo me olvido
de ellas...


estoy matando la gramatica!