Vida.

Ayer tuve un sueño. (Nótese que la imagen puede no tener cosa alguna que ver con el texto) En el sueño estaba yo, volando en un lugar blaaaaaaaanco, blanco...muy blanco. Asustada, con una frondosa imaginación, tratando de deducir dónde podría yo ir a parar. Sin indicios, sin respuestas, sin siquiera opciones. A la deriva, guardándome todo lo que tenía para decir, todo lo que podía escupir verbalmente, por temor. 'Temor', era eso. Yo temía...temía y temía sin posibilidades de detenerme. Era porque buscaba sobrevivir y no sabía dónde ir. Ahora me doy cuenta de que éso quizás pueda ser mi vida, la vida misma. Yo cambio mucho, pero soy la misma, y creo que muchos también se sienten así. Los sueños pueden querer decirnos algo, pero también pueden ser una ficción, un relato. El argumento de la película que, quien sabe, el día de mañana podamos estar viendo, sentados en una sala de cine, con un inmenso muro que detona nuestra visión de la vida. Y volvemos a la vida, palabra que al parecer no se quiere escapar del diccionario de la mente humana, como yo no me quería escapar de mi amor una vez que se encontraba lejos ya, y para siempre. Aún recuerdo la vez (la última vez) que una trafic te buscó y te alejó, con los ojos lluviosos. O llovidos, ya me olvidé cuál era. Me diste un beso en la mejilla y casi me ignoraste, pero yo sé que no fue por mi, fue la circunstancia. ¿Circunstancias de qué? Ah, sí...de la vida.