Última parada diaria.

¿Es posible que últimamente esté divertidísimamente engañándome a mí misma para crearme emociones fuertes y gritar de adrenalina?
Porque eso hacía -creo, y entre tantas veces- hoy volviendo del cole. Con música -escuchaba la voz de Adele, en su conciso "Crazy For You"- e imaginaba -creo que a causa de la melodía- que las cosas se desdibujaban. Que yo percibía otros colores, mientras los demás seguían en la rutina. Me sentí halagada de ser yo quien pudiese notarlo, junto con, creo yo, otros tantos que tanbién observan. Me trajo una sonrisa. Sólo una canción, ficción, imaginación. Las cosas cobraban vida, y alguien me filmaba, alguien registraba mi andar, el caos -hermoso caos, colorido- que podía espectar a mí lado. Yo era capaz de hacer cualquiera cosa con ellos, de hecho creo que lo hice. Pero los de alrededor tampoco notaron eso, porque no me conocieron. Y creo que yo también cobré vida. Cambié el color al mejor estilo camaleón. Hice cosas que para muchos serían destructivas. Que serían completamente freak. Que serían estúpidas. Pero afortunadamente -o desafortunadamente- nadie lo notó. El caos parecía sacado de dibujos animados, parecía alegre, feliz de la vida. Lejos estaba del concepto de 'Caos'. Uno de los integrantes del Caos -parece ya una secta o algo por el estilo- hasta me reconoció. Me dijo "¿Sofi? ¿Sos Sofi? ¿Sabés quién soy?", y lo miré fijo. Y miré hacia abajo, pensativa, trantando de recordar. Y lo volví a mirar como descubriéndolo. "¡¡HOLA!!", y lo abracé con mi cara de exaltación. Él se quedó mirándome con ojos enamoradizos de una amistad que no terminaría en esta vida, yo llegaba tarde a mi clase. Se le cayó una lágrima en el izquierdo, la recogí con mi dedo índice, la hice correr por mi mejilla derecha, y besé el sitio aquel donde posaba antiguamente la lágrima. Su piel, color tierra, color café, color canela, color espléndido, olía a hombre, sabía a cítricos. Y su ropa, con su perfume impregnado, y sus manos, con su cigarro volátil, y aquellos ojos, ojos que escuchan, todos aquellos...me preguntaban si hablaríamos luego, si podría olvidarse de aquel que no lo ama, mirándome deshacer a lo lejos, llegando, y concluyendo así, mi última parada. ~