Soñé que sonreías.
Que dibujabas
Alegría
Hacia mí.
Soñé que me veías,
De aquella manera
En que yo
Te miro a tí.
Soñé que cantabas.
Entonabas más de lo común.
A media voz,
Muy bajo.
Soñé que eras dulce,
Hacia mí.
Me decías, y actuabas
Muy raro.
Soñé que me moría.
Que nos moríamos juntos.
Luego de una vida
Tan llena de sustos.
Pero sustos dulces.
Aunque sustos al fin.
Yo te abrazaba fuerte.
Y vos a mí.
Cada noche de tormenta,
Me leías un poema.
Tu voz era tan tenue
Como la luz de las velas.
Vivo y fiel candelero,
Mantenía viva y fiel
Aquella fiel, viva visión
Que no queríamos tener.
Fiebre. Generamos fiebre
Dentro de nuestras almas.
Un par de brazos cálidos
Entre los míos, y ya bastaba.
Aquellos tiempos fueron
Sólo el recuerdo de aquella hazaña,
En la que intentamos dibujar
El amor con telas de araña.
Cuando mis pies tocaban la pared,
Y tus manos mi fotografía,
Podía sentir tu fría piel
Liberada a la lejanía.
Si bien alguna vez,
Teníamos que crecer,
Recuerdo cuando observé
El último amanecer.
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