Picardía. Le iba a poner algo de picardía a mi vida, cuando me encontré con una calle. Una calle me llevó hasta un ropero grande. Abrí el ropero y había un niñito allí. El niñito me entregó un vestido de seda rojo y me ordenó con inocencia que me lo ponga. Y me lo puse. Y se apagaron las luces. Y del vestido nació un hombre, que de a retazos tenía un rostro entre rosado, masculino y femenino. Masculino. Un hombre, que me habló. Cuando habló noté sus ojos, eran anaranjados como el ocaso de la vuelta de la esquina de mi casa. Y a mi casa volví después. Y después me di cuenta, mientras volvía, que ese hombre seguía alrededor mío. Y aquel hombre pronunció unas palabras. Y con palabras conformó un poema. Poema que puede no ser poema. Poema que dice ser un poema. Poema que...
"Entre las hojas
por donde has de caminar.
Entre la luna,
la que has de contemplar.
Entre mis ojos,
que sé que te hacen vacilar.
Entre todo eso
habita tu alma.
Serás no más que la medida
de todo lo que adoras."
No lo sé, el muchacho me quiso decir algo. Algo que no hube de descifrar inmediatamente. Inmediatamente me besó la frente y me dijo buenas noches. Buenas noches también para usted.~
Sin fecha
Hace 11 meses.
6 pensantes:
nena veo que estabas super inspirada!
super!
ESTO HA DE QUEDAR GRABADO EN MI POR SIEMPRE!!! TE LO PIDO!!! ME LO QUEDO!!! BESOS!!!
Qué buena entrada, Sofía.
q imaginacion,,, un bonito cuento,,,
primera vez q te leoo,, y me dejaste meditando,,, seguire cayendo por aqui =) ,,,
buen fin d semana,,,
saludos,,,
Yeeees!
Están son las cosas que me gustan
*
Leer
*
Con mucho vuelo. Felicitaciones Sofi!
Besos (Sorprendidos)
aguanten los cuelgues!!!
Publicar un comentario