lunes, 12 de octubre de 2009

Filippo, el joven mirón.~

(No sé si alguna vez tardé tanto en escribir algo... Me faltaba una parte, no la encontraba. No la busqué tampoco, la esperé. Ahí va...)



Filippo no entendía. No comprendía cómo aquello que estaba espectando podía resultar tan perfecto. Desde las raíces, paseaban sus ojos, recorriendo el tallo y las hojas, tan firmes como hacía quince años. Y hacía quince años él apenas si nacía.
La persiana americana, negra y torcida, lo ocultaba. Y él se sentía como cuando pequeño, al mirar películas de Isabel Sarli, perseguido por otros ojos. Algo estaba haciendo mal, algo no era correcto.
Pero no podía apartarse. Él la seguía estudiando, contemplando.
"Nunca pensé en ver a Margarita de esta manera" pensó.
"Qué ganas de morderle la piel... Qué ganas de tocarla..."

Y fue tal la magia que desprendía el vil cuerpo de ella. Y tal fue, también, la precisa recepción en la mirada de Filippo...
Y tal fue, además, la perfección de la luz, tan poca como nieve en primavera patagónica...
Que aquel muchachito se inquietó al vislumbrarla.
Y tanto, tanto se inquietó, que se le juntaron las pestañas.
Y fue todo muy exacto. Y me cansé de escribir la letra Y. Esa letra no me gusta. Me hace sentir muerta por dentro. Y demasiadas muertes hay ya, en este cuentito, como para andar por ahí, derrochándolas.~

2 pensantes:

GALO PIERROT dijo...

Y UN BUEN DIA VOLVIO SOFI!!! JEJE!!! BESOTES!!!

Sofi ♪♫ dijo...

Sí, pero volvió un poco mediocre Sofi...