Cuando despierta Sally...

Sad Sally sabe lo que quiere.
No puede contenerse ante un nuevo amor.
Reencarnación del ayer,
Y de amores viejos...

Sad Sally hace milagros.
Las cosas le salen bien.
Todo su mundo es bien perfecto.
¡Y hasta parece ficticio!

A Sad Sally le sobran amigos.
Amigos buenos, de verdad.
Ella sabe muy bien lo que significa
Amar.

Y vos pensaste en enseñarle algo...
¿A Sad Sally?; ¡Qué tontería!
Ella conoce todo
Lo necesario y lo mejor.

Sad Sally es muy valiente.
Puede decirte lo que piensa,
Vos nunca lo tomarías mal.
Porque ella sí sabe tratar.

Sad Sally está muy cansada,
De que yo la nombre tanto...
¿Cómo evitarlo entonces,
Si ella vive dentro mío.

Sad Sally no nació,
Así de la nada.
A Sally la creé yo.
Sola, sin ayuda, con imaginación.

Así que devorá la imagen de Sad Sally,
Porque ella está acá
Y no te va a dejar en paz.
Jamás lo hará.

Viene de un lugar muy fabuloso.
Allí no hay nada desubicado.
No hay errores ortográficos,
Ni prejuicios, ni belleza externa, ni horripilancia interior.

Sad Sally es muy feliz
Viviendo en la ironía.
Si se siente tan completa, tan perfecta,
¿Por qué lo de "Sad" entonces?

Es porque quizás Sally antes era
Solitaria y sin recursos
Para explicar lo que sentía.
O quizás eso es mi imaginación.

De mis fantasías nació ella,
Sad Sally no morirá,
A menos que deje de imaginar...
Pero eso no va a pasar...

Y sí, es posible...
Mientras más fantasías
Más feliz estoy yo.
Más relleno mi alma.

Pero cuando Sad Sally
Pisa la realidad
Es ahí cuando podemos explicar
Su nombre...su 'sad'...

En esa niña que imagina,
En esa niña estoy yo.
Es esa niña, Sad Sally,
La que habita mi interior.

Y está triste.
Su lugar natal no existe,
Sino en mi imaginación.
Y llorás mucho a diario cuando despertás, Sally.

(Sofia Rios)

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Este poema (que acabo de realizar), nace a partir del antiestético dibujo en la parte superior de la entrada, (sí, también lo hice yo al coso ese feo, es una chica¬¬). Y está triste, porque se despertó de sus fantasías, de su ficción. Es niña soy yo...y no estoy tan feliz sino cuando imagino. La imaginación es uno de los tesoros más preciados que tenemos, y no sólo los niños. Aunque muchos lo pierden, y no es sano.