Dulces son las agudas ondas sonoras de tu voz llegando a mi oído. Dulces son las palabras que manejás como más te gusta. Dulce es tu risa, mi vida, mi mundo. Dulce es tu caligrafía infantil, pero más dulces tus dibujos abstractos y desordenados. Dulce la coreografía de tu música preferida, que danzás sin ningún pudor. Más dulces aún han sido estos último siete años, y los que deberían faltar. Dulces los cuentos que inventaste. Dulce tus chistes, caídas y llantos, tus miradas, talentos y pactos, tu VIVA imaginación. Muy dulce tu locura, lo sabés. Tu risa un poco incrédula frente al arte de la navidad. La emoción que, dejame decir, se te nota, cuando el árbol vestido en fuertes colores para llamar tu atención, se llena de joyas sólo para vos, cada año. Eso es dulce. Lo que yo sieto por vos también lo es. ¿Y para qué sirve la familia sino para quererla? Yo te quiero y no me da miedo decirlo. Porque eso también es dulce. Recordá siempre que mejoraste todo cuando viniste. Que vas a ser leyenda, y también canción. Una obra de arte, y un DULCE sol. Ni un primo más, ni un primo menos,
simplemente VOS.
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